El canguro rabipelado occidental (Onychogalea lunata) fue una especie de walabí extinto en los años 70, aunque su extinción no se listó en la IUCN hasta el año 1986. Medía entre 45 y 60 centímetros y no pesaba más de 3,5 kilogramos. Tenían las patas traseras muy robustas, y las utilizaban principalmente para saltar; Tenía una pequeña cabeza y su cola era larga y gruesa. Era de color gris ceniza en el dorso y de color gris pálido en el vientre.
Se extinguió debido a diversas causas: La sobrecaza, que debida a la lenta maduración de sus crías provocó que les costase mucho dejar descendencia; también sufrió la depredación de gatos y lobos, además de la degradación de su hábitat a causa de fuegos y la introducción del conejo como especie invasora. El último ejemplar vivo se capturó en 1927.
Eran hervíboros, aunque en algunas ocasiones también podían ser omnívoros.
El canguro rabipelado occidental era nativo del sur y centro de Australia. Habitaba colinas pedregosas, bosques abiertos y matorrales.